Cuando una persona está pasando por un cambio trascendental en su vida por la razón que sea, se ha demostrado la eficacia del coaching para adaptarse a la nueva realidad.
El coach por medio de técnicas acompaña a la persona a pasar por ese puente entre una realidad pasada y la nueva, dependiendo de la persona y del alcance del cambio experimentado, el tiempo de tránsito entre el punto A y el punto B puede ser variable. Una de las técnicas más poderosas, a mi juicio, que tiene el coaching son los “cierres de ciclo”, donde se evalúa la rutina que se deja atrás, se compromete al abandono de lo viejo y se declara lo nuevo; en esta técnica se reflexiona, se agradece y perdonan errores propios y de los demás, es como dejar la mesa limpia para lo que viene, para quien lo experimenta es psicológicamente liberador.
Los cambios son inherentes a toda actividad, personal o empresarial. Al igual que con las personas, hemos observado a organizaciones con problemas para cruzar ese puente del cambio, normalmente entre el punto A donde los resultados financieros están negativos hacia el punto B, donde la organización tiene resultados financieros saludables. Para este tipo de situación se suele proponer un proceso estratégico de Viraje o Turnaround, lo cual es acertado, pero ¿Qué pasa con las personas en la organización? ¿Están listas para virar ellas también?
En organizaciones que se someten a procesos complejos pero necesarios como una estrategia de viraje, sus equipos deben ser acompañados por un proceso similar para que la estrategia realmente funcione; un proceso de viraje implica un cambio radical en el hacer de la compañía y sobre todo en el pensamiento colectivo de la organización respecto a que “ayer perdía, ahora gano”. Los procesos de cierre de ciclo para las organizaciones se vuelven vitales para la implementación de estrategias ganadoras, lograr que un equipo tenga la creencia interna que son capaces de lograr los resultados propuestos en una estrategia va mucho más allá de redactar un enunciado, hacer una reunión global o compartirlo vía e-mail.
Las personas que están en organizaciones con procesos de cambio trascendentales también deben cerrar ciclos (en términos psicológicos) junto con la organización si desean conservar sus puestos, de lo contrario la creencia interna que se ha arraigado en el andar de tiempos malos les jugará en contra, será necesario revertir el flujo de pensamiento de negativo a positivo. El cierre de ciclo (cuando se implante una estrategia de viraje) en las organizaciones debería incluir un entendimiento de los errores (perdonar), honrar la memoria del pasado (agradecer) y una compresión profunda del porqué de lo nuevo, a nivel de todas las pesonas.
Hemos observado que las organizaciones que logran conseguir los resultados luego de una estrategia de viraje, lo hacen con equipos de liderazgo nuevos (alrededor del 70%) muy pocos líderes de los equipos que vivieron la época de peor crisis logran adaptarse y cambiar. Pero me pregunto… ¿la organización les dio una verdadera oportunidad?